Un pastor etíope paseando a sus cabras se dio cuenta que sus animales tenían comportamientos raros después de comer unos frutos chicos, de color rojo. Esto llamó su atención y decidió investigarlos. Al ver que realmente era esto lo que producía su comportamiento decidió ir un poco más allá y tostó el fruto y lo hirvió en agua. Varias décadas después, en todo el mundo se toma este brebaje a la hora del desayuno: el café.
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