viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Por qué hay un espejo en el interior de algunos ascensores?


¿Y por qué hay un espejo en el ascensor? ¿Para qué veamos nuestro aspecto? ¿Para qué nos acicalemos? ¿Para que hagamos muecas?

En los ascensores exteriores hay cristaleras que permiten ver el exterior y no hay espejos. En los modernos y rápidos ascensores de gran capacidad de personas, tampoco suele haberlos.
¿Y por qué en estos no? Pues porque aquí no son necesarios.

En los ascensores de pequeño tamaño, es decir, en la mayoría, suele haber un espejo para dar una sensación de un espacio más grande, de amplitud. Así se alivia la angustia al encierro que a algunas personas les pueda producir el reducido habitáculo del ascensor.

Por otro lado, la existencia del espejo nos distrae. Nadie se resiste a echar una mirada (a veces es imposible al haber tres paredes de espejo) y así se ocupa nuestro tiempo causándonos la impresión de que el trayecto es más corto.

Como se ve, son motivos psicológicos que perduran de los tiempos de los primeros ascensores instalados en edificios altos, cuando los usuarios se quejaban del reducido espacio y la lentitud de esos antiguos aparatos.

miércoles, 3 de septiembre de 2014

Predicciones completamente equivocadas


 Esto puede servir, a modo de consuelo, la próxima vez que digas o hagas algo equivocado. “Si Albert Einstein se equivocó, cómo no voy a equivocar yo”.

Sin embargo, a diferencia de Einstein y de todas las personas que integran la lista que les traemos a continuación, la mayoría de nosotros no corre el riesgo de quedar registrado para la posteridad ensayando una predicción completamente equivocada, por la simple razón de que no ideamos la teoría de la relatividad, ni cambiamos el curso de la historia ni nada parecido.

Si estas predicciones erróneas quedaron registradas y ahora las podemos ver, como muestra de que ni siquiera las mentes más brillantes son infalibles, es porque estas personas tuvieron en otros momentos la lucidez y la inteligencia como para decir cosas que valían la pena ser registradas.

Aquí te presentamos 10 curiosas (y divertidas) predicciones de grandes científicos y personas influyentes de la historia que, a diferencia del resto de sus consideraciones, estaban completamente equivocadas.

“Un cohete nunca podrá salir de la atmósfera terrestre”.
New York Times, 1936.

“No hay ningún indicio de que la energía nuclear pueda ser alguna vez obtenible. Significaría que el átomo tendría que ser desmenuzado a voluntad”.
Albert Einstein, 1932.

“Cualquiera que tenga conocimiento del tema reconocerá que la bombilla es un gran fallo en la ciencia”.
Henry Morton, presidente del Instituto Tecnológico Stevens, en 1880, respecto a la bombilla inventada por Edison.

“El caballo está aquí para quedarse, pero el automóvil no es más que una novelería, una moda pasajera”.
El presidente del Banco Michigan Saving aconsejando a Henry Ford para que no invierta en una compañía de automóviles, 1903.

“La televisión no va a durar porque la gente se cansará de estar mirando fijamente una caja todas las noches”.
Daryl Zanuck, productor de 20th Century Fox, 1946.

“Los viajes de pasajeros en tren a alta velocidad no son posibles, dado que los pasajeros no podrán respirar y se morirán asfixiados”.
El Dr. Dionysius Lardner, profesor de filosofía natural y astronomía, 1823.

No, hará la guerra imposible”.
Hiram Maxim, inventor de la metralleta, en respuesta a la pregunta si este tipo de armas no harían las guerras más terribles, en 1893.

“Probablemente estamos llegando al límite máximo de todo lo que podemos saber sobre astronomía”.
Simon Newcomb, astrónomo, 1888.

“Es una moda pasajera, para el mes de junio ya se habrá olvidado”.
La revista Variety sobre el rock and roll, 1955.

“Los niños ya no están interesados en brujas y magos”.
Editor que negó la publicación de Harry Potter a J.K. Rowling en 1996.

lunes, 1 de septiembre de 2014

El origen del papel moneda o billete


El papel moneda, o más conocido como billete, tiene su origen en China en el siglo VII, pero recién en el año 812 (siglo IX) su uso fue oficial. La importancia de un medio de cambio que facilitase el comercio entre los habitantes de una población, hizo nacer a la moneda, como medio de cambio.

En Europa, los primeros billetes aparecen en Suecia en el año 1661, siglo XVII, de la mano del cambista Johan Palmstruch, quien los entregaba como “recibo” para quien depositaba oro u otro metal en el Banco de Estocolmo, que lo había fundado él mismo.

En el año 1780, llegan a España, siendo rápidamente aceptados por la comodidad que presentan frente a las pesadas bolsas de monedas.
Hablemos ahora de las ventajas del billete frente a las monedas esas ventajas. Resumiendo podríamos decir que dichas ventajas son:
• Comodidad: el valor nominal de un billete, reemplaza al de unas cuantas monedas. 
• Peso: el peso de un trozo de papel frente al peso de las monedas metálicas. 

• Valor Oficial: esto tiene una particular historia, pero diremos que fue más difícil falsificar billetes que monedas. 
Como desventaja encontramos el valor en sí: algunas monedas eran de oro y plata, así que ya tenían un valor por sí mismas. En cambio el papel moneda viene a simbolizar una “promesa” de que el billete tiene valor.

En cuanto a lo de evitar su falsificación, su historia es, por demás, curiosa e interesante:
En China las primeras monedas eran de madera, fueron las primeras monedas en existir. El problema que se le plantearon a las autoridades chinas, es que al ser de madera, su falsificación no tardaron en propagarse. Por si esto fuese poco, en China van a conocer de primera mano el primer caso de inflación de la historia económica del mundo. Tras todo esto, las autoridades chinas tuvieron que perfeccionar su sistema de creación de dinero.

Por otra parte, hasta no hace mucho los billetes estaban respaldados por el patrón oro, es decir, que cada emisión de dinero que hacían las autoridades de un país, debían estar respaldados por determinada cantidad de oro. Esto fue así hasta los años 70 aproximadamente, cuando se dejó de utilizar al oro como respaldo de la moneda.