viernes, 5 de septiembre de 2014

¿Por qué hay un espejo en el interior de algunos ascensores?


¿Y por qué hay un espejo en el ascensor? ¿Para qué veamos nuestro aspecto? ¿Para qué nos acicalemos? ¿Para que hagamos muecas?

En los ascensores exteriores hay cristaleras que permiten ver el exterior y no hay espejos. En los modernos y rápidos ascensores de gran capacidad de personas, tampoco suele haberlos.
¿Y por qué en estos no? Pues porque aquí no son necesarios.

En los ascensores de pequeño tamaño, es decir, en la mayoría, suele haber un espejo para dar una sensación de un espacio más grande, de amplitud. Así se alivia la angustia al encierro que a algunas personas les pueda producir el reducido habitáculo del ascensor.

Por otro lado, la existencia del espejo nos distrae. Nadie se resiste a echar una mirada (a veces es imposible al haber tres paredes de espejo) y así se ocupa nuestro tiempo causándonos la impresión de que el trayecto es más corto.

Como se ve, son motivos psicológicos que perduran de los tiempos de los primeros ascensores instalados en edificios altos, cuando los usuarios se quejaban del reducido espacio y la lentitud de esos antiguos aparatos.

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