lunes, 11 de octubre de 2010

La historia del primer hombre que piso la cima del Everest


Cuando oímos hablar de sir Edmund Hillary o Tenzing Norgay la mayoría los relacionamos con el Everest, ya que fueron los primeros hombres en pisar su cima, concretamente el 29 de mayo de 1953. Ese dato es oficial, el que consta en las enciclopedias, pero... ¿es cierto? Sobre esa expedición planea el enigma de una aventura anterior, convertida en leyenda porque el misterio no está resuelto:

En 1924 George Mallory, alpinista británico, formaba parte de una expedición a la cima más alta de la Tierra. De él es esa famosa respuesta que dio a un periodista cuando le preguntó por qué deseaba escalar el Everest: “porque está ahí”.

Nacido en 1886, Mallory mostró pasión por el alpinismo desde sus primeros años. Ascendió el Montblanch, pasó su luna de miel en los Alpes, y sus escaladas sólo las interrumpió la guerra.

En la década de 1920 el Himalaya era considerado el tercer Polo. Conquistados ambos, quedaba un reto más: la cima más alta del mundo.

Tras abandonar su profesión de maestro, Mallory formó parte de varias expediciones a la zona, todas británicas. Ascendió varios picos menores para formarse una idea de cómo alcanzar el Everest y reconocer el terreno, pero la cima del mundo resultó imposible en los primeros intentos y se perdieron muchas vidas.

La tercera de esas exploraciones pioneras se llevó a cabo en 1924. Mallory poseía una visión romántica del alpinismo y era contrario a utilizar bombonas de oxígeno por considerarlo poco deportivo, pero acabó por aceptar que sin su utilización el monte Everest no podría ser escalado, de modo que tomó la decisión de acarrear un peso extraordinario...

El 6 de junio, en compañía del técnico en aparatos de oxígeno Andrew Irvine, de tan solo 22 años, Mallory inicia la ascensión desde el collado norte con idea de llegar a la cumbre tres días después. Por el camino alcanzan al montañero Howard Somervell, que les presta su cámara fotográfica porque él desiste del intento.

Sobre el mediodía del 8 de junio, Mallory e Irvine son vistos por el geólogo Noel Odell a tan solo 600 metros de la meta. Odell declaró que toda la arista somital y la cumbre del Everest estaban despejadas, que clavó la vista en un “punto negro” resaltado sobre una cresta, antes de un escalón rocoso, y luego observó un segundo “punto” uniéndose al primero. Uno de los dos alpinistas escaló ese murallón y al poco apareció en lo alto, su compañero lo imitó. A partir de ahí una espesa bruma ocultó a Mallory e Irvine, y lo hizo para siempre...

Hay muchas especulaciones sobre el tema ¿Murieron al subir o ya habían llegado a la cumbre y la tragedia se produjo al descender? La más aceptada es que los montañeros se precipitaron en el difícil escalón que antecede a la cima, pero esas suposiciones no hacen sino aumentar la leyenda y, probablemente, se seguirá engrosando si no pueden probarse los hechos. Poco a poco, sin embargo, han ido apareciendo pistas:

En 1933 se halló el piolet de Irvine a unos 8400 metros, bajo el primer escalón de la arista noroeste.
En 1975 un escalador chino informó del hallazgo del cuerpo de un montañero inglés cerca de la cima; su ropa se desintegró al tocarlo, por lo que debería llevar allí décadas. Desgraciadamente ese alpinista murió durante el descenso y no pudo detallar en qué sitio concreto halló el cuerpo, pero se da por hecho que debía tratarse de Irvine.
En 1999 una expedición estadounidense descubrió el cadáver congelado de Mallory a más de 8000 metros; según las fuentes entre 8000 y 8300. Y ahí surge de nuevo la leyenda... Las gafas de sol estaban en el bolsillo de su camisa ¿significa eso que el sol ya estaba bajo y, por tanto, el día muy avanzado cuando se produjo el accidente? Teniendo en cuenta dónde fueron vistos por última vez, parece poco probable que ya estuviera anocheciendo y no hubieran alcanzado la cima, y hay quien cree que el fatal accidente se produjo al regresar.
Una hija de Mallory siempre ha sostenido que su padre llevaba una foto de su esposa en la cartera con intención de depositarla en la cumbre del Everest. Bien, esa foto no estaba entre sus restos ¿? ¿Estará bajo toneladas de nieve a 8848 metros?
La cámara de fotos prestada continúa perdida en la montaña. Técnicos de la Kodac afirmaron que si era encontrada y llevaba película sería bastante posible analizar los negativos, dadas las características de la cámara fotográfica y del film en blanco y negro, que habrían podido resistir al hallarse congelados. Hasta el momento, sin embargo, esa cámara no se ha hallado pese a que algunas expediciones lo han intentado.

Este artículo no tiene por objeto, en absoluto, desmerecer la hazaña de Hillary y Tenzing que, si no se demuestra lo contrario, son los primeros hombres que pisaron el techo del mundo, pero la incógnita sigue en pie y tal vez lo esté para siempre.

¿Se hallará algún día esa cámara? ¿llevará película? ¿se podrán analizar los negativos? Quizá haya que rescribir la historia, quizá no, pero por el momento el enigma continúa.

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