El Ejército Ruso de Liberación ROA por sus siglas en alfabeto latino, también conocido como «El ejército de Vlasov») era un grupo de fuerzas rusas voluntarias aliadas con la Alemania nazi durante la Segunda Guerra Mundial. El ROA fue organizado por el anteriormente general del Ejército Rojo Andrey Vlasov, que intentó unir a todos los rusos en la oposición del régimen de dictador soviético Iósif Stalin. En medio de los voluntarios estaban los prisioneros de guerra soviéticos, los trabajadores del Este (Ostarbeiter), y los inmigrantes blancos rusos (algunos de los cuales eran veteranos del anticomunista Ejército Blanco durante la Guerra Civil Rusa).
Su orígenes
Los represiones del régimen soviético en el período de la preguerra, tales como detenciones, ejecuciones, los campos de trabajo, la suspensión de los derechos fundamentales, como el derecho de asamblea, religión, y prensa, y las deportaciones masivas, causaron mucho descontento de la población soviética. Cuando sucedió la invasión nazi a la URSS, este descontento llevó a algunos soldados del Ejército Rojo, no sólo entregarse, sino a ofrecerse voluntariamente para el servicio en la Wehrmacht con esperanzas de crear un Movimiento Ruso de Liberación. Algunos también se ofrecieron voluntariamente para huir de los campos nazis. Los presos soviéticos preferían unirse contra el bolchevismo antes de morir de hambre. (Stalin había rechazado firmar el acuerdo de la Cruz Roja, creyendo que todos los soldados debían suicidarse antes de entregarse).
Su orígenes
Los represiones del régimen soviético en el período de la preguerra, tales como detenciones, ejecuciones, los campos de trabajo, la suspensión de los derechos fundamentales, como el derecho de asamblea, religión, y prensa, y las deportaciones masivas, causaron mucho descontento de la población soviética. Cuando sucedió la invasión nazi a la URSS, este descontento llevó a algunos soldados del Ejército Rojo, no sólo entregarse, sino a ofrecerse voluntariamente para el servicio en la Wehrmacht con esperanzas de crear un Movimiento Ruso de Liberación. Algunos también se ofrecieron voluntariamente para huir de los campos nazis. Los presos soviéticos preferían unirse contra el bolchevismo antes de morir de hambre. (Stalin había rechazado firmar el acuerdo de la Cruz Roja, creyendo que todos los soldados debían suicidarse antes de entregarse).
El general Andrey Vlasov
Nació en Lomakino, Óblast de Nizhny Novgorod, Vlásov estudió inicialmente en un seminario, pero renunció durante la Revolución Rusa y en 1919 se unió al Ejército Rojo, sirviendo en Ucrania, el Cáucaso y Crimea. Fue promovido varias veces, subiendo rápidamente en cargos dentro del ejército.
En 1930 se unió al Partido Comunista de la Unión Soviética y pronto se ganó la confianza de varios jefes militares, incluyendo a Stalin. Fue envíado a China como asesor militar del gobierno de Chiang Kai-Shek entre 1938 y 1939, quién le concedió la Orden del Dragón Dorado (algunas fuentes la llaman de la Luna Blanca) por sus servicios. Cuando estalló la Gran Guerra Patria contra Alemania, Vlásov destacó primero en la reconquista de Przemyśl, luego en la ordenada retirada en Lvov, más tarde en la defensa de la capital de Ucarnia, Kiev y finalmente en la defensa de Moscú en el sector de Solnechnogorsk. Descrito como "carismático", muy querido por sus tropas al mando, obtuvo importantes logros militares y fue unos de los generales favoritos de Stalin. No fue sorpresa que recibiera la Orden de Lenin y la Medalla de Kiev. Para intentar romper el Sitio de Leningrado Vlásov fue puesto al frente del 2º Cuerpo de Choque en el Frente del Voljov, intentando cortar el cerco a Leningrado, en la llamada Ofensiva "Lyuban-Chudovo" (enero-febrero de 1942). La operación, que incluía seis ejércitos combinados, un cuerpo aéreo y tres cuerpos acorazados, falló en otros frentes y el 2º Cuerpo de Choque fue rodeado y destruido en junio de 1942, muriendo siete mil soldados.
Deserción y colaboración
Estando cercado Stalin envío un avión para rescatarlo del cerco, a lo que Vlásov se negó. Después del victorioso cerco sobre los rusos, la Wehrmacht a través del jefe de inteligencia del cuartel general del 38º ejército designó al capitán von Schwerdtner con la misión especial de capturar vivo al general huidizo. Vlásov se introdujo con un pequeño grupo de cuarenta personas en territorio ocupado por los alemanes y diez días después, el 12 de julio de 1942, fue denunciado por un campesino al que le habían pedido comida y atrapado por los alemanes en una granja cerca de Tyhovezhi. Al rendirse exclamó: "¡No disparen! Soy el general Vlásov y mi gente está desarmada". Inmediatamente al conocerse en Moscú su detención, su esposa fue detenida y ejecutada por la NKVD. Durante estos días de fugitivo llegó a la conclusión de que esta guerra no era contra Rusia, sino contra los bolcheviques, y por ende todo el sufrimiento que padecía el pueblo soviético había sido causado por los deseos de Stalin de adquirir más poder.
Fue llevado inmediatamente ante el general Lindemann, quien lo interrogó y le sembró dudas en su ideología comunista. Luego fue enviado a un campo de concentración de altos oficiales, en Ucrania, en la localidad de Vinnytsia. Allí fue donde los oficiales de la Wehrmacht se dieron cuenta de que no estaba de acuerdo con la política de Stalin y expresó su deseo de desertar. En el campo lo abordó el capitán Wilfried Strik-Strikfeldt, un alemán del Báltico que había participado del lado de los "Blancos" en la guerra civil rusa, quién lo convenció de formar parte del Movimiento de Liberación de Rusia. Junto con el teniente coronel Vladimir Boyarsky, Vlásov escribe un memo a las autoridades alemanas sugiriendo una estrecha cooperación entre los rusos antiestalinistas y las fuerzas de ocupación alemanas. El impacto del memo fue tal que Vlásov viaja a Berlín bajo la protección del departamento de propaganda de la Wehrmacht. Junto con otros oficiales anti-stalinistas comienzan a diseñar el plan de la creación de un gobierno provisional ruso para después de la derrota de la URSS y el reclutamiento entre los prisioneros rusos de soldados para un futuro ejército ruso de liberación, que estaría bajo su mando.
Creación del Ejército de Liberación Ruso (ROA)
Al darse cuenta de la buena propaganda que generaría la noticia de un general soviético cambiando de bando, los alemanes persuadieron a Vlásov de liderar el llamado Ejército de Liberación Ruso o ROA (Russkaya Osvoboditel'naya Armiya) y le ofrecieron un puesto en un posible gobierno provisional ruso. Otros oficiales rusos se unieron al ROA, cuyo objetivo principal, según Vlásov, era derrocar a Stalin y establecer un sistema de gobierno democrático. Varios prisioneros de guerra se unieron al ROA, además, miles de panfletos escritos por Vlásov fueron arrojados sobre el frente, motivando que un número considerable de soldados soviéticos cambiara de bando.
Por supuesto, las autoridades hitlerianas nunca pensaron en armar a los rusos y permitirles organizarse, el ROA existía sólo en la propaganda y los soldados rusos voluntarios fueron integrados a otros grupos de la Wehrmacht, aunque llevaban un parche que indicaba su afiliación al ROA. Fueron muy pocos los soldados que estuvieron bajo el mando de Vlásov. Directivas secretas apuntaban a que una vez ganada la contienda, estos soldados iban a ser ejecutados por las SS, pues de acuerdo a las políticas raciales eran considerados eslavos y por tanto, Untermenschen («subhumanos»), al igual que los judíos o los gitanos.
Cuando Hitler se enteró de las intenciones de Vlásov, ordenó que todos los soldados de la ROA fueran retirados del Frente Oriental y enviados a otros frentes. La idea de establecer una democracia en Rusia no concordaba con el ideal nacional-socialista de enviar a los rusos al este de las Montañas Urales. Además, en un discurso de Vlásov, éste llamó a los alemanes «invitados», refiriéndose a su presencia en suelo ruso, esto hizo estallar en ira a Hitler, que ordenó el envió de este a un campo de concentración, siendo disuadido antes de ejecutarse la orden.
En los últimos días de la guerra, la desesperación alemana permitió a Vlásov crear finalmente el ROA, formado una división, que sirvió en el rio Oder, aunque no vio mucha acción.
Batalla de Praga
Dándose cuenta de que la guerra estaba perdida, el ROA de Vlásov participó a favor del levantamiento de Praga, ayudando a evitar que las SS aplastaran la revuelta. Además entregaron información a los soviéticos, que fue útil para el desarrollo de la Batalla de Praga, de esta manera, grandes secciones de la ciudad fueron tomadas rápidamente y salvadas. Sin embargo, esta conducta de nada le valió a Vlásov y sus hombres, supo que apenas se les capturara iban a ser ejecutados sumariamente.
Al finalizar la batalla, y adivinando las intenciones de venganza soviéticas, Vlasov y sus hombres huyeron al oeste, y se intentaron entregar a los ejércitos anglo-americanos, sin embargo, estos no querían provocar a Stalin y les negaron el asilo, de hecho capturaron a muchos y los entregaron directamente a los soviéticos, siendo algunos ejecutados inmediatamente, ante la mirada indiferente de los aliados occidentales.
Liechtenstein fue el único gobierno que otorgó asilo a algunos soldados y los ayudó a escapar a Argentina.
Vlásov fue capturado y enviado a Moscú, donde fue juzgado y sentenciado a muerte, junto con otros 11 oficiales del ROA. El 2 de agosto de 1946 fue ahorcado.
Los soldados de Vlásov fueron enviados de vuelta a la URSS, donde muchos fueron ejecutados con ametralladoras al bajar del tren ipso facto. El resto fue enviado a campos de trabajo forzado (Gulag), donde miles murieron. Finalmente, el 17 de septiembre de 1955, un gobierno post-estalinista perdonó a los 55.000 soldados del ROA que seguían aun vivos.
Nació en Lomakino, Óblast de Nizhny Novgorod, Vlásov estudió inicialmente en un seminario, pero renunció durante la Revolución Rusa y en 1919 se unió al Ejército Rojo, sirviendo en Ucrania, el Cáucaso y Crimea. Fue promovido varias veces, subiendo rápidamente en cargos dentro del ejército.
En 1930 se unió al Partido Comunista de la Unión Soviética y pronto se ganó la confianza de varios jefes militares, incluyendo a Stalin. Fue envíado a China como asesor militar del gobierno de Chiang Kai-Shek entre 1938 y 1939, quién le concedió la Orden del Dragón Dorado (algunas fuentes la llaman de la Luna Blanca) por sus servicios. Cuando estalló la Gran Guerra Patria contra Alemania, Vlásov destacó primero en la reconquista de Przemyśl, luego en la ordenada retirada en Lvov, más tarde en la defensa de la capital de Ucarnia, Kiev y finalmente en la defensa de Moscú en el sector de Solnechnogorsk. Descrito como "carismático", muy querido por sus tropas al mando, obtuvo importantes logros militares y fue unos de los generales favoritos de Stalin. No fue sorpresa que recibiera la Orden de Lenin y la Medalla de Kiev. Para intentar romper el Sitio de Leningrado Vlásov fue puesto al frente del 2º Cuerpo de Choque en el Frente del Voljov, intentando cortar el cerco a Leningrado, en la llamada Ofensiva "Lyuban-Chudovo" (enero-febrero de 1942). La operación, que incluía seis ejércitos combinados, un cuerpo aéreo y tres cuerpos acorazados, falló en otros frentes y el 2º Cuerpo de Choque fue rodeado y destruido en junio de 1942, muriendo siete mil soldados.
Deserción y colaboración
Estando cercado Stalin envío un avión para rescatarlo del cerco, a lo que Vlásov se negó. Después del victorioso cerco sobre los rusos, la Wehrmacht a través del jefe de inteligencia del cuartel general del 38º ejército designó al capitán von Schwerdtner con la misión especial de capturar vivo al general huidizo. Vlásov se introdujo con un pequeño grupo de cuarenta personas en territorio ocupado por los alemanes y diez días después, el 12 de julio de 1942, fue denunciado por un campesino al que le habían pedido comida y atrapado por los alemanes en una granja cerca de Tyhovezhi. Al rendirse exclamó: "¡No disparen! Soy el general Vlásov y mi gente está desarmada". Inmediatamente al conocerse en Moscú su detención, su esposa fue detenida y ejecutada por la NKVD. Durante estos días de fugitivo llegó a la conclusión de que esta guerra no era contra Rusia, sino contra los bolcheviques, y por ende todo el sufrimiento que padecía el pueblo soviético había sido causado por los deseos de Stalin de adquirir más poder.
Fue llevado inmediatamente ante el general Lindemann, quien lo interrogó y le sembró dudas en su ideología comunista. Luego fue enviado a un campo de concentración de altos oficiales, en Ucrania, en la localidad de Vinnytsia. Allí fue donde los oficiales de la Wehrmacht se dieron cuenta de que no estaba de acuerdo con la política de Stalin y expresó su deseo de desertar. En el campo lo abordó el capitán Wilfried Strik-Strikfeldt, un alemán del Báltico que había participado del lado de los "Blancos" en la guerra civil rusa, quién lo convenció de formar parte del Movimiento de Liberación de Rusia. Junto con el teniente coronel Vladimir Boyarsky, Vlásov escribe un memo a las autoridades alemanas sugiriendo una estrecha cooperación entre los rusos antiestalinistas y las fuerzas de ocupación alemanas. El impacto del memo fue tal que Vlásov viaja a Berlín bajo la protección del departamento de propaganda de la Wehrmacht. Junto con otros oficiales anti-stalinistas comienzan a diseñar el plan de la creación de un gobierno provisional ruso para después de la derrota de la URSS y el reclutamiento entre los prisioneros rusos de soldados para un futuro ejército ruso de liberación, que estaría bajo su mando.
Creación del Ejército de Liberación Ruso (ROA)
Al darse cuenta de la buena propaganda que generaría la noticia de un general soviético cambiando de bando, los alemanes persuadieron a Vlásov de liderar el llamado Ejército de Liberación Ruso o ROA (Russkaya Osvoboditel'naya Armiya) y le ofrecieron un puesto en un posible gobierno provisional ruso. Otros oficiales rusos se unieron al ROA, cuyo objetivo principal, según Vlásov, era derrocar a Stalin y establecer un sistema de gobierno democrático. Varios prisioneros de guerra se unieron al ROA, además, miles de panfletos escritos por Vlásov fueron arrojados sobre el frente, motivando que un número considerable de soldados soviéticos cambiara de bando.
Por supuesto, las autoridades hitlerianas nunca pensaron en armar a los rusos y permitirles organizarse, el ROA existía sólo en la propaganda y los soldados rusos voluntarios fueron integrados a otros grupos de la Wehrmacht, aunque llevaban un parche que indicaba su afiliación al ROA. Fueron muy pocos los soldados que estuvieron bajo el mando de Vlásov. Directivas secretas apuntaban a que una vez ganada la contienda, estos soldados iban a ser ejecutados por las SS, pues de acuerdo a las políticas raciales eran considerados eslavos y por tanto, Untermenschen («subhumanos»), al igual que los judíos o los gitanos.
Cuando Hitler se enteró de las intenciones de Vlásov, ordenó que todos los soldados de la ROA fueran retirados del Frente Oriental y enviados a otros frentes. La idea de establecer una democracia en Rusia no concordaba con el ideal nacional-socialista de enviar a los rusos al este de las Montañas Urales. Además, en un discurso de Vlásov, éste llamó a los alemanes «invitados», refiriéndose a su presencia en suelo ruso, esto hizo estallar en ira a Hitler, que ordenó el envió de este a un campo de concentración, siendo disuadido antes de ejecutarse la orden.
En los últimos días de la guerra, la desesperación alemana permitió a Vlásov crear finalmente el ROA, formado una división, que sirvió en el rio Oder, aunque no vio mucha acción.
Batalla de Praga
Dándose cuenta de que la guerra estaba perdida, el ROA de Vlásov participó a favor del levantamiento de Praga, ayudando a evitar que las SS aplastaran la revuelta. Además entregaron información a los soviéticos, que fue útil para el desarrollo de la Batalla de Praga, de esta manera, grandes secciones de la ciudad fueron tomadas rápidamente y salvadas. Sin embargo, esta conducta de nada le valió a Vlásov y sus hombres, supo que apenas se les capturara iban a ser ejecutados sumariamente.
Al finalizar la batalla, y adivinando las intenciones de venganza soviéticas, Vlasov y sus hombres huyeron al oeste, y se intentaron entregar a los ejércitos anglo-americanos, sin embargo, estos no querían provocar a Stalin y les negaron el asilo, de hecho capturaron a muchos y los entregaron directamente a los soviéticos, siendo algunos ejecutados inmediatamente, ante la mirada indiferente de los aliados occidentales.
Liechtenstein fue el único gobierno que otorgó asilo a algunos soldados y los ayudó a escapar a Argentina.
Vlásov fue capturado y enviado a Moscú, donde fue juzgado y sentenciado a muerte, junto con otros 11 oficiales del ROA. El 2 de agosto de 1946 fue ahorcado.
Los soldados de Vlásov fueron enviados de vuelta a la URSS, donde muchos fueron ejecutados con ametralladoras al bajar del tren ipso facto. El resto fue enviado a campos de trabajo forzado (Gulag), donde miles murieron. Finalmente, el 17 de septiembre de 1955, un gobierno post-estalinista perdonó a los 55.000 soldados del ROA que seguían aun vivos.
4 comentarios:
Parece un poco tendenciosa la forma de contar un hecho histórico bastante claro. Lamentable e impropio de un espacio como éste, que pretende abogar por la imparcialidad de criterio, y sobre todo, por la honestidad.
¿Así que Hitler quería matar a todos los eslavos por considerarlos Untermenschen? ¡Pobres eslovacos, eslovenos, croatas, bosnios y ucranianos que lucharon por Europa equivocados de causa! Si hubieran sabido de estas increíbles generalizaciones, seguramente se hubieran pasado a los humanitarios bolcheviques en contra de semejantes monstruosidades.
En verdad, cada vez que veo cómo nos toman así por tontos, pienso en lo ridículo que significa sostener una distorsión tan marcada, frente a 6 años de guerra, y Alemania enfrentada contra todas las potencias que defendían regímenes internacionalistas de gobierno mundial (capitalismo, comunismo) juntas.
En verdad, con alemanes tan criminales y aviesamente asesinos, en 20 minutos la guerra se hubiera terminado.
Bueno, hay que esforzarse todavía por construir cuentitos infantiles parecidos para justificar la ferviente adhesión de húngaros, tártaros o turcos (que encima no eran ni arios). Para, además de los 100.000 rusos, explicar la unánime adhesión a los genocidas-de-toda-la-humanidad-menos-80-millones-de-alemanes, de lituanos, estones y estonios, indios, árabes, vascones... los 500.000 voluntarios no-alemanes de las SS, etc. etc.
Está bien que en un discurso unificado y absolutamente imbecilizante, es difícil que usted se tome el tiempo de pensar un poco y analizar críticamente tanto relato políticamente correcto. Pero, vamos, hombre, tampoco se me venga abajo. Usted también es un ser pensante e inteligente. No hay nada peor que la grasa en el cerebro.
"No hay nada peor que la grasa en el cerebro."
De eso usted sabe mucho, ya que lo vive en sus propias carnes.
Sr. Nahuel Moreno, desgraciadamente para su tesis esta OCUMENTADA la "prevision" (Verano de 1941) hitleriana de "despoblar" la parte europea de Rusia (Lease tambien Bielorussia y Ukraina) de unos insignificantes 20 - 40 millones de eslavos: para hacer sitio a futuros 100 millones de alemanes. Los demas serian esclavos, dicho asi con las mismas palabras. (Esto si que es pensar a largo plazo! En Alemania eran unos 80 millonas...) Esta era la idea estrategica a medio plazo. Lo demas son "detalles", eso si, muy reales: los voluntarios de las SS de todos los paises, la deria anticomunista llevada al extremo, las "lindezas" de Stalin, etc...
Y la "benignidad" pro-eslava de Hitler... Polonia y Ygoslavia perdiero el 10% del poblacion, ((lo mismo que la "bolchevique Bielorussia, por cierto). Y las directivas de aniquilacion de clases dirigentes de Polonia no son ningun secreto. (A veces me pregunto, que tenia Woitila para que no le tocasen un pelo. Porque los religiosos si que estaban incluidos en el "menu").
En cuando a los pobres diablos de Vlasov... Lo mires como lo mires, eran traidores a su patria, por mucho que me duela que etaba regida por "padrecito" Stalin. Y, por supueto, fue una salvajada inhumana lo que se hizo con ellos y sus familias despues de la guerra.
Y por supuesto, no son los "alemanes tan criminales y aviesamente asesinos", al menos, no mas que cualquier otro pueblo. Su Gobierno, (democraticamente elegido, por cierto), bueno esto es otra cosa: son los unicos, (MUCHO OJO -UNICOS!) que planearon y llevaron a cbo exterminio en masa! (Ya se, ya se que es mas complejo. Ya el Julio Cesar escribió que extermino 1.000.000 de galos de unos 8-12.000.000 que eran, lo cual no esta nada mal. Pero no esta probado y conociendolo lo mas seguro que no es verdad, al menos, no del todo).
Y lo de "ferviente adhesion". De donde lo saco? Es bien cierto, que no me acuerdo que jefe tartaro regaló un caballo blanco a Hitler. Y que la policia tartara y cosaca colaboró lo suyo. Era mejor y mas practico "dividir y vencer", que no es ninguna novedad. (Tambin los capos en Auswitch eran judios ó comunistas en su mayoria). Y los famosos Jenizaros turcos eran esclavos arrebatados a sus madres en la ñiñez). Y no aplaudo en absoluto lo que hizo Stalin con los tartaros despues de la guerra.
Esta es la realidad.
No nos debe de cegar el hecho de que Hitler lucho. (entre otras cosas) con el comunismo y Stalinismo. El W.Churchil, que era tan anticomunista como el que mas, lo entendió perfectamente, a pesar de deseos de Hiler/Hess de "liquidar" el "malentendido" ingles...
ANTONIO BARCO
Antonio: Usted sí que ha leído mucha ciencia ficción. Me queda claro que es de los que creen que Katín y la masacre de toda la oficialidad polaca por parte de los bolcheviques también fue un crimen de los nazis, como en el boleo se lo cargaron en Nuremberg.
Sinceramente, le pido de corazón, me referencie claramente todas las patrañas realmente absurdas e increíbles que usted sostiene están tan bien documentadas.
Le comento, de paso, que incluso para el Guiness, la mayor masacre en masa llevada a cabo no fue alemana sino china (20 millones), que el Holodomor, la masacre de 8 millones de ucranianos por los bolcheviques en la Nueva Política Económica, también fue planificada, que los bombardeos de exterminio en Dresden, Hamburgo, Hiroshima o Nagasaki también fueron planificados, y mejor no sigo.
Le sugiero nada más que se informe un poco, antes que aceptar cómodamente las novelitas rosas que le cuentan por ahí. Qué difícil es ser libres, por dios.
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