Aqui una recopialcion de mentiras históricas, culturales y religiosas que se incluso a dio de hoy se siguen repitiendo en muchos libros de texto.
En casablanca, Bogart nunca pronuncia la frase: “Tócala otra vez, Sam”. En realidad, la frase exacta es: “Tócala Sam, Toca as time goes by”, y la recita Ingrid Bergman. Para acabar de arruinar el mito, el actor que hacía de Sam (Dooley Wilson) sólo cantaba, ya que no sabía tocar el piano. El acompañamiento se incorporó en el estudio.
Napoleón no era tan bajito. De hecho, media 1,68 cm., una estatura aceptable para su época, e incluso superaba por 4cm al duque de Wellington, su gran enemigo.
Las tres carabelas de Colón sólo fueron dos. La pinta y la Niña. Porque la tercera nave que participó en el descubrimiento de América era una nao, otro tipo de barco de mayor tamaño. Se llamaba María Galante, pero Colón la rebautizó Santa María.
Las brujas de salem no fueron quemadas en la hoguera. Pero que nadie piense que las indultaron. En realidad fueron ahorcadas, que era la pena que las comunidades protestantes y calvinistas solían dictar para los casos de hechicería.
Julio César no nació por cesárea. Los historiadores creen que no fue así, porque su madre murió cuando él ya había cumplido los 30, en una época en la que las mujeres no solían sobrevivir a esta operación. Lo que sí es cierto es que dicha intervención debe su nombre a una ley promulgada por César para que los bebés fueran extraídos de los vientres de sus madres si estas fallecían a partir del séptimo mes de gestación.
Al Capone odiaba los espaguetis. Por extensión, odiaba casi todas las variedades de la pasta italiana. Lo contó en su biografía el actor George Raft, especializado en papeles de gángster y a quien Capone (gran admirador suyo) invitó una vez a cenar. ¡Y le sorprendió con un menú de comida china!
Los emperadores romanos no levantaban ni bajaban el pulgar para decretar la muerte.Mostrar el puño cerrado era señal de clemencia: pero sisacaba el pulgar hacia un lado, estaba ordenando la ejecución del perdedor
Galileo nunca dijo: ”y sin embargo, se mueve”. No existe ninguna prueba que demuestre que Galileo realmente murmurara esa frase al verse obligado a abjurar de sus teorías científicas en 1633, tras ser juzgado por la Inquisición. Actualmente, los historiales creen que se la inventó el escritor y editor turinés Giusepe Baretti en un fantasioso libro titulado Biblioteca italiana (1757)
Los reyes magos no eran tres. El Evangelio según San Mateo sólo menciona la visita de unos magos de Oriente, pero no especifica su número, y ni siquiera dice que fueran reyes.
No existen los cementerios de elefantes. La aparición de un gran número de osamentas de paquidermos en un mismo lugar hizo que en un mítico lugar al que los elefantes se dirigían voluntariamente para morir. El misterio lo aclaró el biólogo Rupert Sheldrake, quien explicó que lo que realmente ocurría es que los ejemplares ancianos o enfermos de una misma manada se quedaban a vivir cerca de los manantiales de agua y morían allí.
Marlon Brando no rechazó el Oscar que ganó por El Padrino (1972). Pero mandó a recogerlo en su lugar a una falsa india (en realidad era una mexicana disfrazada), quien hizo un alegato a favor de los derechos de los indígenas.
Los piratas no enterraban sus tesoros. O lo hacían demasiado bien, porque nunca ha aparecido ninguno. Lo normal era que dilapidaran el botín en sus pillajes en las tabernas, los burdeles y las casas de juego de la isla de la Tortuga.
Adán y Eva nunca comieron una manzana. Ya sabemos que sólo es un mito, pero aún así, en el Génesis no se menciona de qué fruto se trataba; únicamente se lee: “...pero del fruto del Árbol que está en medio del huerto dijo Dios: ‘No comeréis de él’”. El mito de la manzana probablemente se deba a los pintores renacentistas.
Catalina de rusia no murió practicando el sexo con un caballo. La soberana falleció de un infarto, pero la leyenda negra surgió a raíz del descubrimiento de su colección privada de piezas eróticas, en las que no faltaban escenas de zoofilia.
Robin Hood no era un bandido generoso. Tampoco robaba a los ricos para dárselo a los pobres. En realidad era un nombre llamado Robert Hood, que se sublevó contra el rey Ricardo II (y no contra Juan “Sin Tierra”) para no pagar impuestos.
Arturo nunca fue rey. En realidad, fue un general romano llamado Lucio Artorius Casto, nombrado prefecto para defender Berta de los bárbaros.
Marco Polo no introdujo la pasta en Europa. Fueron los árabes, durante la invasión de Sicilia en el año 669 (600 años antes del nacimiento del famoso viajero). El historiador musulmán Al-Idri relató que los árabes instalados en la isla comían los itriyah, unos fideos secos.
John Ford no era tuerto. EL parche se lo puso ocasionalmente en 1934 para poder recuperarse de la operación de cataratas. A partir de entonces, acostumbró a llevarlo en público como excentricidad, aunque solía cambiárselo de ojo.
Circular por la derecha no siempre ha sido lo normal. De hecho, en el imperio romano se circulaba por la izquierda, una costumbre que se mantuvo en toda Europa hasta la Revolución Francesa. El nuevo régimen instauro la norma de hacerlo por la derecha, y napoleón la impuso en el resto de Europa, salvo en Inglaterra, Suecia y los países que no pudo conquistar.
Bruce Lee no fue el Rey del Kárate. De hecho, jamás practico esa modalidad de las artes marciales. El suyo era un estilo de lucha diferente conocido como jun fan gung fu. La enseñanza del Jeet Kune Do comienza con una base técnica. Esta base técnica es lo que Bruce enseñaba hace más de 30 años a sus alumnos, algo a lo que llamó Jun Fan Gung Fu.
En la bastilla no habia presos políticos. Para acabar con la Revolución Francesa, hay que decir que en la mítica prisión parisina no estaba preso ningún disidente. No había más que siete cautivos. Todos aristócratas (entre ellos el marqués de Sate), encarcelados por los llamados
“delitos de nombre”: no pagar deudas, matar a un rival en un duelo…
“delitos de nombre”: no pagar deudas, matar a un rival en un duelo…
Van Gogh no se corto una oreja. Tan sólo cortó un pedacito del lóbulo izquierdo.
La guillotina no es un invento francés. Tampoco su creador fue el doctor Ígnace Guillotin. El revolucionario lo único que hizo fue proponerla como método oficial de ejecución. Los romanos ya conocían y usaban la guillotina, y algunos historiadores creen que fue inventada por el cónsul Titus Manlius, quien paradójicamente, acabo siendo ejecutado con ella.
Sherlock Holmes nunca dijo: “Elemental querido Watson”. En las novelas de Conan Doyle, el famoso detective sí pronuncia la palabra “elemental”, pero nunca acompañada por la muletilla. La frase, tal y como la conocemos, fue escrita para el guión de una película protagonizada por Basil Rathbone en 1939.
Walt Disney no sabía dibujar. Nunca diseño ninguno de sus famosos personajes. Durante muchos años se dijo que Mickey Mouse había sido creado por él, pero ahora sabemos que fue obra exclusiva del dibujante Ub Wickers quien le dejó a Disney compartir la autoría para devolverle un favor.
George Washington no fue el primer presidente de EE.UU. Al estallar la revolución americana en 1714, una comisión de notables eligió a Peyton Randolph, de manera provisión, para ese cargo. Tras su dimisión, ocho personas actuaron como presidentes en funciones hasta 1789, año en que por fin se aprobó la Constitución americana y se celebraron las primeras elecciones al cargo, en las que Washington fue finalmente elegido.
El estrangulador de Boston no estrangulaba a sus víctimas. No es cierto que Albert de Salvo estrangulaba a sus víctimas, al menos, no estrangulaba a todas. Únicamente asesinó de ese modo a la primera; en cambio a las otras doce las mato a golpes o puñaladas.
La guerra de los cien años realmente duró 116. Duró de 1337 a 1453, año en que los reyes de Inglaterra y Francia (los países en conflicto) pusieron fin a las hostilidades.
Los vikingos no llevaban cascos con cuernos. Fue una invención del pintor sueco Gustav Malstrom en las ilustraciones que realizó en 1820 para el poema épico Frithiof’s Saga. El propósito de estos cuernos irreales era retratar a los feroces guerreros del Norte como seres casi demoníacos.
La revolución de octubre fue en noviembre. Realmente (y según el actual calendario gregoriano), comenzó el 7 de Noviembre, cuando Lenin se sublevó en Petrogrado contra el gobierno de Kerensky. Lo que ocurre es que Rusia se regía aún por el llamado calendario Juliano (obsoleto en el resto del mundo occidental desde el año 1582). Según el cual, la fecha correspondía al 25 de octubre.
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