Una noche iba Beethoven caminado por una calle de Salszburgo, tarareando, gesticulando y dirigiendo, como era su costumbre, concentrado en su música; y al pasar por una elegante residencia, se hallaban agrupadas en la vereda, unas personas muy bien ataviadas; pisó sin darse cuenta la cola del vestido de fiesta de una señora. Volvióse ésta indignada hacia el músico, y le dice furiosa:
- ¡ Sois una bestia !
Beethoven, sin inmutarse, se quita el sombrero, hace una cortés reverencia, y le responde:
- Sin embargo, la cola la lleva usted, Señora.....
- ¡ Sois una bestia !
Beethoven, sin inmutarse, se quita el sombrero, hace una cortés reverencia, y le responde:
- Sin embargo, la cola la lleva usted, Señora.....
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