Un nuevo sistema informático, desarrollado por un equipo de las universidades de Bradford y Aberystwyth - en colaboración con los responsables de "controlar" las fronteras de Reino Unido -, ofrece un test que mediante una sencilla cámara podría detectar las emociones de quien se somete a él. Y, por lo tanto, si miente o dice la verdad.
Los expertos, según relata la BBC, aseguran que el sensor de alta resolución de imagen térmica, y gracias a un conjunto de algoritmos que no han especificado, podría ser una poderosa ayuda para los servicios de seguridad.
Según los investigadores, nuestros rostros delatan una gama de emociones y, con un simple "escáner facial", se pueden detectar las mentiras con sólo observar la cara mientras hablamos. El profesor Hassan Ugail, uno de los responsables del proyecto, afirma que funciona en dos de cada tres casos.
Para los científicos, los seres humanos, inconscientemente, revelamos nuestras emociones en los cambios sutiles de expresión y del flujo de la sangre en nuestra piel. Movemos sutilmente los ojos, se dilatan las pupilas, y mordemos o presionamos los labios, además de respirar con dificultad, parpadear o tragar saliva.
De esta forma, el sensor térmico detectaría cuando alguien, sometido a un breve interrogatorio, está faltando deliberadamente a la verdad. Aunque con la invención de la prueba del polígrafo, desarrollado por primera vez en 1921, ya se había investigado en esta línea, ahora defienden que el sistema es mucho más complejo y fiable, aunque reconocen que no puede serlo al 100%.
Y es que muchas veces, la sensaciones de angustia, miedo o desconfianza no son indicadores de estar mintiendo, sino que simplemente reflejan el temor a no ser creído. Por eso, sorprende que anuncien que a finales de año podría comenzarse a implantar en algunos aeropuertos de Gran Bretaña.
Test Voight-Kampff
El nuevo "juguete" de los científicos de Bradford y Aberystwyth tiene muchas similitudes con un invento que aparecía en el filme Blade Runner, la mítica película de ciencia ficción dirigida por Ridley Scott, estrenada en 1982, y que se basó en la novela ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, de Philip K. Dick.
En la cinta, para descubrir a los replicantes, se utiliza una prueba de empatía (el test Voight-Kampff), un "examen" - muy parecido al que quieren utilizar ahora - que pretende averiguar la "humanidad" del sujeto entrevistado. También una cámara registra y evalúa el movimiento de los ojos, así como el tamaño de los pupilas después de cada respuesta.
En una de las escenas más conocidas del filme, Rick Deckard, interpretado por Harrison Ford, interroga a Rachael, encarnada por una joven Sean Young.
- "Está leyendo una revista y se encuentra con la fotografía de una mujer desnuda". -, le dice Deckard.
- "¿Este test es para saber si soy una replicante o una lesbiana?" – le responde Rachael.
Al fondo, el doctor Eldon Tyrell (Joe Turkel) se sorprende de la capacidad de Rachael para aguantar. Su único objetivo es utilizar la ciencia para recrear la esclavitud:
- "Nuestro lema es 'Más que humano que los humanos'. El comercio es nuestro objetivo". – reconoce.
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